La arquitectura da razón del programa que la informa y de su comprensión del entorno físico. La disposición espacial adoptada en la última alternativa estructura su funcionamiento mediante el diseño de una “calle peatonal”, de dirección norte sur que lo articula. Esta “calle”, regula el ensamblaje de todos los espacios comunes y de servicios, los de las áreas de trabajo, el aparcamiento subterráneo, el campo fotovoltaico… y permite un crecimiento lógico de la actividad futura. Es, de hecho, el elemento arquitectónico clave de la construcción. En su contra cabe argumentar que penaliza la superficie destinada a circulaciones, es lógico: a mayor superficie, mayor independencia en el trabajo, mayor accesibilidad y movilidad.